Libro de los héroes.-

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21 de septiembre de 2011

Capitulo 7.-

El comisario Elliot Claussen se frotaba las sienes de tras de su escritorio. El cenicero estaba lleno de colillas. El teléfono seguía descolgado. No quería ser molestado por nadie.

Ingresé a su oficina sin antes llamar a la puerta, quería ayudarle en el caso ya que me gustaba mucho el misterio, y el me decía que necesitaba de mi ayuda ya que era muy observadora y era una herramienta muy útil.

-Hermano, el numero de celular que me diste corresponde a uno que fue reportado como pedido ese mismo día.
-Me lo imaginaba.
-Alguna otra cosa?- pregunte.

"Un masaje no me vendría mal", pensó Elliot, como si pudiera bromear al respecto. Pero llevaba varios días de no bromear para nada, ni conmigo y eso me resultaba bastante extraño. El asunto del crimen lo tenia descompuesto. No dormía, tenia frecuentes dolores de cabeza y ademas comía mal.

-Dile a Donoso que prepare una patrulla. Quiero hacer una visita.

-¡Donoso, ven de prisa!- Llame al detective.
-Mande señorita.
-Prepara una patrulla ahora ya. Y apúrate, no quiero atrasos.

Elliot tomo su arma. Sonó su celular. Un nuevo mensaje.
-Maldita sea- dijo en voz alta.

"Esta es la segunda pregunta", decía el mensaje de texto , remitiendo desde un teléfono cualquiera , un teléfono que, en cuanto fuera investigado, aparecía robado sin dueño.

-Maldita sea..


***

-Camila Ortega Rojas..- dijo Oliver.
-Quien es ella?- Pregunte.
-Un nueva desaparecida- dijo Elliot en un leve tono.
-A ya veo me llamaste para ir a hacer guardia a la casa de sus padres ¿verdad?- dijo Oliver sacando su conclusión.
-Afirmativo, nos quedaremos hasta mas tardar a las 00:00 AM - exclamó Elliot.
-¿Mañana me pueden ir a dejar al Liceo más tarde?- Pregunte.
-Bueno- dijeron ambos .

Habíamos llegado a la casa de Camila Ortega a hacer la guardia.

-Tal vez me equivoque- exclamó Elliot . Miro su reloj. Pasaban ya las 00:00 AM. Probablemente el asesino ya no venga. O venga mañana.

-O la niña sigue viva y el asesino no venga- respondió Oliver.

La calle estaba completamente oscura. Y los tres vigilábamos desde el interior de un auto cualquiera a varios metros de la entrada de la villa.

-"Siempre me equivoco"- pensó nuevamente Elliot.
-Enciende el auto- vamos necesitamos descansar.
-Cuando iba andando el auto, vimos un extraño movimiento..

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