-Así que tratando de hacer bromas ¿eh? anda a dormir- me ordeno mi hermano Oliver.
-"Aaaaaaaaaahhh"- pegue un espantoso grito- maldito, me diste un gran susto. Casi me ahogas infeliz.
-Me alegro, que te aya asustado antes de que lo hicieras tu conmigo, y no me trates así- se burlo Oliver.
-Y Elliot?- le pregunte cambiando de tema antes de que me enojara y hubiese una pelea.
-Durmiendo.. y ahora yo me desvele por tu culpa- dijo recriminándome.
-Bien por ti. Yo ahora me voy a dormir- le mentí a mi hermano, en realidad quería pensar.
-Ya buenas noches- dijo mi hermano fríamente.
Oliver y Elliot eran mis hermanos, y eran gemelos, ellos habían asumido en rol de padres desde que yo tenia seis años. Elliot solía ser el mas sensible lo cual me podría comprender mas, siempre lo vi como una mamá aunque nunca se lo decía por que podía molestarle. Y Oliver era como mi guardián, llegaba a ser enfermo en lo protector, aunque no me tenia tanta paciencia como Elliot.
Ellos tenían una banda con un amigo y mi tío que es mi mejor amigo. Trabajaban como profesores en un liceo al cual asistía yo. Y formaban parte de la PDI.
Mientras subía los pisos de mi casa, me rondaba una pregunta por mi cabeza "¿Soy una miedosa?". Al no encontrar respuesta me deprimía , mi unico consuelo era la música.
Desde pequeña había desarrollado una especial desconfianza por todo y por todos, les tenia una mutua confianza a mis hermanos y a mi mejor amigo James, que era mi tio, pero yo nunca solía llamarlo así ya que era muy joven.
Yo siempre solía ver mas a ya de lo que las demás personas veían, nunca se me iba el mas mínimo detalle, pero tal vez era una cualidad que se me había desarrollado gracias al miedo, a esa necesidad de estar siempre alerta.
-Estas bien?- me despertó mi hermano Elliot al ver que tenia una pesadilla.
Tenia la costumbre de preocuparse por mi en cuanto veia algún signo de alarma en mi rostro. El haberme cuidado con Oliver ellos solos cuando tan colo tenían doce años, había echo de mi atención casi un instinto.
Sí, es que estaba soñando que me sacaba un dos en la prueba de matemáticas.
Y aunque Elliot pudo notar que mentía, prefirió no insistir.
-Espero que eso no ocurra en la realidad- dijo sonriéndome.
-Te puedo pedir un favor?- le pregunte a Elliot.
-Dime- dijo frunciendo el ceño
-Quédate conmigo, tengo miedo- le pedí a mi hermano, y al ver su mirada note que le sorprendio bastante.
-¿Tu? ¿con miedo?¿ y de cuando?- pregunto sorprendido.
-Soy un humano ¿no?- le pregunte riendo.
-Créeme que no lo eres- dijo con una sonrisa de oreja a oreja.
-Quedate por favor- le pedí con cara de miedo.
-Esta bien.. ya córrete que tengo frió, nos desvelaste a mi y Oliver- Dijo acomodándose.
-Ya cállate quiero dormir- le dije en tono de enojo.
-Buenas noches- Me dijo con una suave voz.
Esa noche era de esperarse, casi no dormí. Aunque estuviese con mi hermano, los ruidos del exterior me hacían despertar con frecuencia. Y los mensajes de Carias cruzaban por mi mente en cuanto cerraba los ojos.
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