-Emily.. ven aquí- me llamo mi hermano Elliot desde el comedor.
Fui para a ya, desanimada.
-¿Pasa algo?- pregunté
-Siéntate- dijo serio.
-Elliot.. Perdóname..
-¿Por lo de ayer?- dijo acariciándome el pelo.
-Por todo.. Se que eh estado muy rara, pero no es culpa mía.. Eso te lo puedo asegurar.
-Emily.. te voy a confesar, que cuando huimos de la casa de los tíos , y nos perdimos en el desierto.. Me eh estado preguntado inquietamente ¿Por que no huí solo? ¿Que necesidad tenia de cargar un bebé que me daría muchos problemas?
Entendí enseguida.. Era una indirecta que me llego al fondo de mi corazón. Elliot perdió su niñez por cuidarme a mi. El había trabajado desde adolescente. Se había preocupado de mi bienestar junto con mi hermano Oliver. Y yo a cambio le daba puros problemas y dolores de cabeza.
-Nos vemos en la tarde- Dije poniéndome de pie tristemente.
-Emily Elizabeth..- dijo Elliot con la voz quebrada- No quiero que sigas metida en este caso. Es una orden.
Me detuve por un momento al escuchar esas palabras.. Me gire y vi que me hermano tenia sus manos sobre su cabeza, al parecer estaba llorando.
No quiso mirarme, le habían dolido las palabras que acababa de decir.Nunca antes me había dicho algo así, nunca antes me había sacado en cara de que era una carga para el. Nunca durante esos quince años, los ojos de el lobo negro habían vuelto a su memoria con tanta claridad.
Salí de casa.. Dejando el desayudo intacto.
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